En más de una ocasión, seguro, has tenido tortícolis. A casi todos nos ha ocurrido más de una vez. Pero, ¿sabes que es realmente la tortícolis?, ¿sabes por qué se produce?.
En las siguientes líneas vamos a conocer un poco más acerca de esta dolencia.
Tortícolis, ¿qué es?
La tortícolis es una contractura o espasmo que se localiza en los músculos del cuello. Se puede definir también como una tensión del cuello. Esta tensión deja la cabeza fija en una posición.
Al intentar moverla se siente mucho dolor. Por lo que no sólo limita el movimiento de la cabeza, sino el de otras partes de la espalda alta. El simple gesto de levantar un brazo es prácticamente imposible.
Causas
Las causas son múltiples. Pero quizás, las más repetidas actualmente, son las producidas por mala posición al dormir y episodios de ansiedad.
También pueden ser ocasionados por un traumatismo menor en el cuello. Al producirse irrita uno o varios nervios cervicales. ¿Recuerdas?. Lo tratamos en el apartado cervicalgia de nuestra web. Los nervios irritados producen un espasmo reflejo de los músculos que son inervados por ellos.
Podemos encontrarnos con una tortícolis por frío, corriente de aire o humedad.
Debemos también tener cuidado con esas malas posturas que todos tenemos. Por ejemplo, sostener el teléfono entre el hombro y la oreja sin ayuda de las manos.
¿Qué sientes? ¿Qué puedes hacer?
La sintomatología es dolor con muchísima limitación de movimientos. Puede durar varios días.
Lo que seguramente traerá consigo cansancio y sensación de agotamiento. Esto se produce por la dificultad para dormir.
Si estudiamos la palabra tortícolis, tortís significa torcido y colis viene de collum que significa cuello.
Dicho esto ya entiendes que es simplemente tener el cuello torcido.
Hay que acudir al médico especialista si se presentan situaciones de tortícolis a menudo. Tienes que descartar las posibles causas de cervicalgia.
Los tratamientos se basan principalmente en la aplicación de calor.
En fase crónica los masajes ayudan para desentumecer toda la musculatura implicada en dicho mal. Los músculos más afectados casi siempre son el esternocleidomastoideo y los trapecios. Debemos evitar movimientos bruscos. Tratar de aplicar calor y usar cremas antiinflamatorias naturales. Las de árnica, harpagofito y romero son las mejores.
Imagen de cabecera: Sternocleidomastoideus (Autor: Uwe Gille Wikimedia Commons)
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