Introducción
A continuación voy a hablar sobre las tan popularmente conocidas Flores de Bach. Edward Bach nace en Moseley (Inglaterra) el 24 de septiembre de 1886. Ya desde pequeño poseía una salud endeble que agudizó mucho su sensibilidad para los demás y esto fue fraguando en él una idea de dedicarse a sanar.
Comenzó sus estudios de medicina en la Universidad de Birmingham. Más tarde, cuando pudo ser funcionario en prácticas en el Hospital del Colegio Universitario, observó que no era la enfermedad a la que tenía que tratar sino al enfermo. Constató que muchos de los enfermos de una misma dolencia se atendían con tratamientos diferentes.
Cada vez más cansado de la medicina ortodoxa atiende a la bacteriología y a la inmunología. Esto lo hacía basándose en la creencia de la búsqueda de métodos naturales. Es por ello que terminó preparando unas vacunas a partir de bacterias intestinales (Nosodes) que inyectadas depuraban el organismo de los tóxicos causantes de las enfermedades crónicas.
En el año 1917 sufre una fuerte hemorragia y los médicos le diagnostican una rara enfermedad. Le comunican que le quedan tres meses de vida. Este hecho lo decide a aprovechar al máximo su tiempo y no dejar su obra inacabada.
Inesperadamente comprobó, debido a que estaba totalmente absorbido por su trabajo, que había sobrepasado esos tres meses de vida. Es más, se había recuperado totalmente de su dolencia. Esto le hizo llegar a la conclusión de que “un interés absorbente, un gran amor y un propósito definido en la vida constituye el factor decisivo de la felicidad del hombre sobre la tierra”.
La teoría
Su teoría se basaba en que las enfermedades físicas tienen un origen emocional, y que si los conflictos emocionales subsisten por mucho tiempo, la enfermedad del cuerpo empieza a aparecer. Sin embargo, al restaurar el equilibrio emocional se resuelve la enfermedad física. Fue de esta forma que desarrolló la Terapia de las emociones.
Edward Bach conoce la homeopatía cuando tiene la oportunidad de trabajar en el London Homeopatic Hospital. Allí empieza a tratar las características, el aspecto temperamental del paciente, las mentalidades, etc. Esto es lo que conformó su base para la investigación que más tarde llevaría a cabo.
Cada momento libre que tenía se lo pasaba buscando plantas o hierbas con las que reemplazar los siete Nosodes bacterianos. Esto se debía a que no estaba del todo conforme y quería sustituirlo por elementos más naturales.
Casi de casualidad una noche a la que había asistido a una gran cena pudo observar en el salón que las personas se podían agrupar en tipologías diferentes y esto le ayudó mucho más en la idea que se estaba fraguando en su cabeza. Poco después presintió que debía realizar una urgente excursión a Gales y obedeciendo ese mandato se dirigió allí. Una vez llegó a tierras galesas localizó sus dos primeras plantas, Impatiens y Mimulus, con las que obtuvo unos rápidos e impresionantes resultados al prescribirlas en su consulta. Siempre de acuerdo con la personalidad y tipología de cada paciente.
Ese mismo año encontró y potenció una tercera planta, la Clematis silvestre. Fueron, estos tres remedios, los primeros que utilizó en su nuevo sistema de medicina floral con estupendos resultados.
Conclusión
Tras estos descubrimientos Bach lo dejó todo. Vendió la totalidad de sus pertenencias y se despidió de sus amigos. A partir de ahí no paró hasta descubrir la totalidad de sus 38 remedios florales. Desde entonces, el sistema floral del doctor Edward Bach no ha dejado de propagarse por todo el mundo.
Finalmente murió el 27 de noviembre de 1936, de forma apacible, por la tarde, mientras dormía, con 50 años, 29 más de los que le habían pronosticado vivir.
He llegado a la conclusión de que el Dr. Bach era una persona observadora, tremendamente intuitiva y eso lo supo perfectamente aplicar a sus conocimientos.
Bach agrupó en siete grupos diferentes y bien diferenciados la tipología de emociones y sentimientos a los que atendían las personas indistintamente de la enfermedad que cursaran. Dentro de estos siete grupos aglutinó las 38 esencias de las plantas que atendían a dichas necesidades, y un remedio que atiende al número 39, un remedio rescate que se usa en determinados momentos como método de urgencias.
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