¿Qué son las plantas medicinales?
Se debe reconocer en cada planta una acumulación, un centro de energías vitales compuesto de numerosas sustancias de propiedades diversas.
En efecto, cada una de las numerosas sustancias que encierran tienen propiedades específicas. Por ello no debe extrañarnos que con una sola planta se puedan, muchas veces, combatir enfermedades tan numerosas como variadas.
Y ahora digamos algo acerca de las sustancias que se han encontrado en las plantas medicinales.
Estas plantas, dotadas de propiedades curativas, contienen, lo mismo que las demás. Poseen una parte de celulosa (fibras vegetales, etc.), junto con sus correspondientes hidrocarburos (almidones, azúcares) y una muy reducida cantidad de albúmina.
Sustancias que otorgan salud
Estas sustancias nutritivas que en tan escasa cantidad contienen la mayoría de las plantas medicinales, no les dan por sí solas valor ninguno. Su verdadero valor, lo que las hace apreciables en uso por encima de las nutritivas, consiste en su riqueza en sales minerales. Riqueza en oligoelementos y vitaminas. Cada una de estas plantas suele contener una docena o más.
Entre las plantas medicinales , en unas predominará la cal, en otras el fósforo, el azufre, el silicio, el hierro, yodo, etc.
Y son estos los componentes que merecen una mayor atención. ¿La razón? Son muchas las enfermedades cuyo origen procede en gran parte de la falta de unos determinados minerales.
También desde nuestro punto de vista son del mayor interés las vitaminas que muchas de estas plantas contienen en notable proporción.
Aparte de estas sustancias que el cuerpo aprovecha con fines curativos, también contienen sustancias de otro orden y categoría. Estas sustancias se caracterizan por sus efectos estimulantes sobre las funciones de nuestros órganos. Su peculiar acción provoca un mejor rendimiento en las funciones de los órganos.
Otras sustancias
Varias de estas sustancias nos son perfectamente conocidas, como los ácidos vegetales, los ácidos volátiles, los amargos, los saponificantes, etc. Aún así muchas escapan todavía al análisis, ya que son finas y sutiles en extremo. Entre ellas las vitaminas antes citadas y otras que podríamos llamar pre-hormonas. Aunque esta sutileza, que no escapa al cuerpo que sabe aprovecharse muy bien de ellas, no perjudica su eficacia. Ésta ha sido bien comprobada.
La moderna ciencia médica comienza a percatarse de estas sustancias que se alojan en las plantas medicinales. Dichas sustancias pueden ser más apropiadas para curar enfermedades , más que las que se han usado hasta ahora por parte de la medicina alopática. Piensa que son de origen químico y de una fuerza y potencia muchas veces superior a lo que nuestro cuerpo requiere. Es por lo que hay que considerarlas casi siempre venenosas. Sustancias que curan una dolencia causando, en muchas ocasiones, otras.
Para exponer cuatro ideas acerca de las vitaminas y de las pre-hormonas, empezaremos por decir que todas ellas actúan en cantidades extremadamente pequeñas.
Plantas medicinales (Autor: Susan Robledo – Wikimedia Commons)
La importancia de las cantidades
Para entender su importancia bastará hacer notar algunos ejemplos. Uno de ellos es la escasez de hormonas de las glándulas procreadoras (testículos y ovarios).
En la mujer, esta escasez hace que aparente ser menos femenina o con un carácter algo masculinizado. En el caso del varón la escasez antes citada le provoca un aspecto menos varonil del que le corresponde. Esa pequeña cantidad que representa un gramo de las mismas, bastaría para preparar centenares de miles de dosis de efectos o acción visibles.
Los testículos y ovarios producen hormonas en cantidad ínfima, pero suficiente, para cambiar con ellas el aspecto de la persona en la pubertad. Esa cantidad hace que la mujer adquiera sus formas y las características de su sexo. Por ello desarrolla pecho, falta de barba, piernas más cortas que los varones, caderas más anchas que las espaldas. También piel fina, mayor cantidad de grasa debajo de la piel que el hombre. Todo ello es una manifestación del carácter, las aptitudes y sentimientos femeninos, genéticamente encaminado a preparar la futura maternidad.
En el hombre, las mismas hormonas provocan el desarrollo más acentuado de músculos y huesos. Una barba fuerte, espaldas anchas, menor cantidad de grasa y caracteres masculinos (valor, fuerza, energía, etc.).
Otro ejemplo: una cantidad insignificante, pero superior a la debida, de hormonas de la glándula tiroides hace que un niño sufra en su desarrollo un retraso en el doble aspecto corporal e intelectual.
Una cantidad pequeñísima de vitamina D cura el raquitismo. Sin embargo todos los medicamentos y tónicos que antes se empleaban para combatirlo no conseguían en forma alguna curar esta enfermedad.
Ejemplo
Te pongo un ejemplo. Imagínate que tienes una afección en tu piel por impureza de la sangre. Vienes a consulta y te recomiendo la acción de una planta o varias plantas que actúan sobre la piel. La regeneran, la calman, etc. Los signos visibles en tu piel desaparecerían pero…¿qué pasaría con tu sangre?. Ella sigue con impurezas. Yo sólo te traté para la piel. Pues simplemente pasaría que en un plazo razonable de tiempo volverías a sufrir los síntomas en tu piel.
Para que esto no suceda debo tratarte el problema real por el que tu piel «grita» a los cuatro vientos que hay algo que la daña.
Debería pues tratarte con una detox hepática, una planta que reduzca los ácidos en tu sangre. No me podría olvidar por supuesto de una alimentación para ese momento y una desintoxicación renal también.
Las plantas medicinales han formado parte de la historia humana desde el origen de los tiempos. Hoy en día carecemos de esa impronta de sabiduría popular, transmitida de generación en generación. Pero, como baza a nuestro favor, contamos con los adelantos suficientes para estudiar dichas plantas.
El futuro de la medicina actual está más que nunca en el pasado.
Conclusión
Todo lo anteriormente expuesto se ha hecho para que puedas entender. Para que comprendas porque unas sustancias tan sutiles como las que comprenden las plantas medicinales curan.
Debes entender también que no nos podemos limitar a aconsejar una planta para una enfermedad o dolencia. No lo haré porque esto nos llevará a un equívoco gigantesco. Equívoco que pasa por entender que una misma planta puede ser usadas para varias enfermedades distintas. Y aquí no podemos obviar que ninguna enfermedad tiene su remedio en una sola planta.
La labor del fitólogo es agrupar las plantas y combinarlas por su conjunto de propiedades para atacar la causa de una enfermad. Y es aquí donde el uso de las plantas debe ser aconsejado por profesionales en fitología ya que no se trata de aliviar los síntomas de una dolencia. La clave es atacar el agente que las causa.
Imagen de cabecera: Hierbas medicinales mercado medieval (Autor: Raúl Hernández González – Wikimedia Commons)
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